En las actividades diarias dentro del retiro, cada uno de los retirantes dedica una hora de trabajo voluntario en el que tiene la oportunidad de poner en práctica una actitud consciente y generosa de ofrecer su esfuerzo para la colectividad.

Con esta práctica que llamamos ¨karma yoga¨ se trata de crear juntos una atmósfera de colaboración armoniosa aún en las actividades que pudieran parecer más ordinarias. Es además una forma de aprender a cultivar la atención y la presencia mental no solo en las sesiones formales de meditación sino en todas las áreas y en todos los momentos del día.

Las tareas incluyen limpiar baños, barrer y mantener en orden áreas comunes, atender y limpiar la sala de meditación, mantener el altar limpio y con ofrendas frescas –especialmente los cuencos con agua de azafrán–, atender la biblioteca, actualizar los paneles con las dedicatorias y las fotos de los benefactores que ofrecen los alimentos, organizar videos con las enseñanzas, hacer la traducción de algunos textos sobre la meditación de Varjrasattva, estar al pendiente de cuestiones técnicas del sonido y de las transmisiones en línea para los retirantes a distancia, entre otras tareas.

Además de atender los aspectos prácticos, lo más importante con esta actividad es aprender a realizarla con una motivación altruista y de regocijo en el compromiso por el bienestar de los demás.