Ustedes que han estado siguiendo nuestros movimientos ya sabrán que la vida en una comunidad monástica budista está diseñada para acelerar la transformación. Esta vida en comunidad tan intensa no es un camino para todos, y luego de probarlo durante seis años, Drolma ha decidido dejar la comunidad y buscar su propia forma de continuar como monja. Por lo tanto ya no forma parte de la Comunidad Dharmadatta.
Seguimos siendo amigas del corazón y es una amistad para toda la vida, sin duda, ¡y para otras vidas más! Le agradecemos a Drolma enormemente todo lo que contribuyó a la Comunidad Dharmadatta durante los años que estuvo con nosotras. Su presencia ha sido una condición integral de lo que hemos logrado en nuestro crecimiento como comunidad hasta ahora, lo cual apreciamos más de lo que puede expresarse con palabras. Esperamos con todo corazón que tenga condiciones propicias para continuar su formación como monja y le deseamos toda la felicidad y el bienestar.