Pese al ritmo vertiginoso en el que nos vemos día tras día y a pesar de los prolongados secuestros de consciencia que sufrimos por parte de la era digital en la que vivimos, destellos de claridad nos hacen reconocer que hay algo que no marcha bien ni en nuestro mundo interno ni en el mundo que compartimos.

Lo percibimos en nuestro nivel de ansiedad diaria, en el miedo y la inseguridad que tenemos frente al otro, en la crisis ambiental de envergadura planetaria que enfrentamos, en la ira y la impotencia que nos generan las crisis sociales y políticas en casi todos nuestros países, así como en la discriminación, la violencia, la guerra…

¿Quién no ha sentido y vivido que estas y muchas otras emociones y situaciones nos desequilibran, nos desconectan y paralizan para convertirse en visitantes frecuentes que quizá son quienes controlan nuestras cotidianidades y nuestras relaciones?

Entonces, ¿cómo aprender a responder saludablemente a todo esto? ¿Cómo construir una base emocional alternativa que nos permita anclarnos internamente para afrontar desde un paradigma de conexión la realidad que habitamos?

Este retiro es una invitación a cultivar nuestra resiliencia emocional para poder construir en colectivo y desde un abordaje enraizado en las enseñanzas del Buda otro paradigma, uno que nos permita vivir y responder apropiadamente, uno que nos de herramientas para salir de los hábitos que nos atrapan en los ciclos de consumo, carencia y competencia y que nos inducen a las mismas respuestas de separación y desconexión.

Durante el retiro tendremos meditaciones, enseñanzas, discusiones grupales, dinámicas, momentos de introspección y silencio, y sobre todo, un espacio compartido para reconectar.