Nos gustaría nominar a la Condesa en la Ciudad de México para el premio internacional de Colonia Más Entusiasta y Abierta a la Presencia de Monjas Budistas. Desafortunadamente, ¡Dicho premio no existe! Y de todos modos, a lo mejor todas las colonias lo merecen igual!

Sin embargo, paseando en diferentes momentos, familias y oficinistas nos detuvieron en varios momentos para sacar fotos “selfie” con nosotras. Custodios de estacionamientos de coches, vendedores de flores y tacos, jóvenes caminando mano a mano, los que estaban paseando sus perros y más – la cantidad de gente que buscaba nuestra mirada, mostraron una gran sonrisa y en general, tanta gente nos saludó que la monja suiza Dapel aprendió una buena cantidad de maneras de saludar en español – ya dice muy fluido “Que le vaya muy bien”.

A lo largo de la semana pasada, nos hicieron saber que hay amplio espacio en las aceras de la colonia y en los corazones de sus residentes para cuatro monjas budistas de diferentes tamaños y alturas! Llenas de este cariño, seguimos al siguiente paso de nuestro viaje: una casa en Morelos donde haremos un retiro personal.