Estuvimos en San Luis Potosí durante nueve días, 125 personas de diferentes edades y lugares de procedencia, acompañados y guiados por las monjas de la Comunidad Dharmadatta, con el propósito de trabajar con las emociones.

El retiro fue muy enriquecedor. De nuestra maestra Venerable Damcho recibimos enseñanzas muy valiosas sobre los diversos estados mentales que se expresan a través de las emociones; asimismo, exploramos nuevas perspectivas para comprender nuestras propias experiencias emocionales, recursos para fortalecer lo que es saludable y benéfico, y estrategias para trabajar con  los estados mentales destructivos y que conllevan sufrimiento.

La práctica personal y grupal en este trabajo con nuestras emociones fue un elemento central del retiro. Cada día, en diversas sesiones, practicamos con la invaluables herramientas de la meditación: calma mental (shiné), metta(amor bondadoso), meditación analítica, tonglen y purificación.

Otro elemento importante del trabajo fueron las dinámicas de autoanálisis y las discusiones en grupo, actividades que nos ayudaron a ir reconociendo y comprendiendo nuestra propia experiencia y la de los compañeros y compañeras en el retiro, mediante la práctica de la escucha atenta y el habla consciente.

Hoy me siento fortalecida después de esta travesía intrincada y llena de sorpresas, un viaje interior tratando de identificar esos rincones donde están ocultos, bajo infinidad de capas y máscaras, sentimientos, recuerdos, cuentos repetidos, imágenes, miedos, culpas y juicios; pero también las capacidades que todos tenemos de cambiar, de comprender, de amar, de arraigarnos en lo positivo y de crear causas auténticas de felicidad.

Esta experiencia nos permitió, a través de un esfuerzo intenso y de gran valentía, ver de frente nuestras emociones complicadas, aprender de ellas, reconocer la manera como nos engañan y nos hacen sufrir. Y, a la vez, reconocer los recursos que ya tenemos para trabajar con ellas, para llevar a cabo, paso a paso, una transformación real y definitiva en nuestra persona y en nuestra vida, y en la vida de los demás a través de la interconexión en la que existimos.

Al salir del retiro aún me siento dentro de un remolino. Ahora será necesario ir acomodando esta experiencia y continuar, poco a poco, poniendo en práctica cada una de esas poderosas herramientas.

Zuani Mendoza