En Noviembre tuvimos la fortuna de recibir por primera vez la visita de Ringu Tulku Rinpoché, destacado lama budista tibetano. Ofreció sus enseñanzas en el Centro de meditación de Tergar Puebla y en el Retiro anual de Ngondro, en San Luis Potosí.
Uno de los principales focos de su enseñanza fue cómo conectar de manera viva con el Dharma (la práctica de transformación de nuestra mente), con el Buddha (fuente de este Dharma) y con la Sangha (quienes manifiestan ya en su mente los frutos del camino).
Habló también acerca de cómo entrar en contacto y cultivar una conexión real, desde nuestra propia experiencia, con los maestros que han mantenido vivas y han transmitido a lo largo de los siglos las enseñanzas de Buddha. Y de cómo adoptar el compromiso de lograr los frutos del camino para poder cuidar a los seres, no como una meta abstracta y fría, sino mediante el cultivo de una conducta ecuánime y bondadosa.
Ringu Tulku ofreció en esta ocasión la transmisión y las instrucciones de las prácticas fundacionales del Mahamudra, en particular la práctica de Refugio y bodhichitta. Para varios de los asistentes al retiro, ésta fue la continuación del proceso que se inició en 2012, con la iniciación y retiro de tres meses de Vajrasattva, seguido de la práctica de las cuatro contemplaciones que forman el ngondro común. De hecho, algunos han intensificado su práctica y están haciendo ya los ngondros del ofrecimiento de mandala y el Yoga del Guru (el tercero y cuarto de los ngondros especiales).
Ringu Tulku vino a darnos enseñanzas de que cómo permitir que la práctica del Dharma penetre dentro de nuestro ser y lo transforme. Y la enseñanza más poderosa y efectiva que nos ha ofrecido, ha sido su misma presencia relajada, amigable y gozosa. En su propia forma de ser nos dio una muestra de lo que es un auténtico practicante de Dharma y un amigo espiritual genuino.