Una practicante de Xalapa, que fue este año por primera vez a la India y a la transmisión de Mahamudra con Tai Situ Rinpoché, nos comparte aquí su experiencia.

En 2013, durante el retiro de Lam-rim de un mes en Oaxaca, Venerable Damchö nos habló por primera vez de un gran maestro que, a partir de 2016, daría una transmisión de Mahamudra de varios años, en la India. En aquel momento yo generé la aspiración de reunir las condiciones –de práctica y de otro tipo–, para llegar ahí. Entonces yo no tenía la menor idea de quién era Tai Situ Rinpoché ni de lo que era el Mahamudra.

Los dos primeros años de esa transmisión, debido a problemas de salud, no pude asistir, e incluso ya había abandonado la esperanza de hacerlo, aunque había recibido la iniciación, por parte de Ringu Tulku, para empezar Refugio y bodhichitta, el primero de los cuatro preliminares extraordinarios, o ngondro–, y me había incorporado al linaje de Mahamudra sin tener mucha conciencia de ello.

Sin embargo, en el pasado retiro de tres meses de Vajrasattva –nuevamente en Oaxaca–, Venerable Damchö nos animó a varios compañeros a terminar, o al menos avanzar, en nuestro ngondroe incorporarnos a las enseñanzas de Mahamudra y, felizmente, este año pude tener la experiencia de estar cerca del XII Chamgon Tai Situpa, descendiente de un linaje de tulkus, uno de los estudiantes más cercanos del XVI Karmapa y maestro de Mahamudra del XVII Karmapa, Ogyen Trinle Dorje. Pude ver las expresiones de su cara, su sonrisa apacible, sus ademanes mostrándonos cómo hacer mudras, escuchar su voz dando enseñanzas o recitando con gran potencia oraciones o el mantra de Vajrasattva, con el que siempre cierra cualquier sesión. Pues, como dijo Djampa Dorje, uno de los organizadores del evento, desde que el maestro entra al salón hasta que se retira, todo puede ser una enseñanza para nosotros si estamos receptivos.

La enseñanza giró en torno a las “cuatro condiciones” (última parte de lo que se conoce como los preliminares del Mahamudra): la condición causal, del maestro, del objetivo y del momento. Después pasamos a la acumulación de mérito y sabiduría del yogui, práctica muy cercana al Chöd que ya conocía, y terminó con las primeras instrucciones para shinéo shámata. Hubo muchas ideas que me impactaron pero que todavía no asimilo bien, quizá por haberme incorporado tarde. Me quedo, por lo pronto, con la primera de las condiciones, Gyu Kyen, que habla de los intereses mundanos como el principal obstáculo en el camino espiritual, y de la necesidad de revisar y pulir nuestra motivación para ser practicantes del Dharma auténtico y no del dharma mundano. Sobre todo ahora que he regresado, veo con más claridad ese peligro y sé que la solución está en no convertirme en lo que Rinpoché llamó un “profesional del Dharma”, es decir, alguien que formalmente hace su práctica pero que no la lleva a su vida diaria, como esos nutriólogos que pese a dar consejos a otras personas para bajar de peso, ellos mismos son obesos.

Esta mañana, al abrir mi correo encuentro en mi bandeja el cronograma para el trabajo de todo el año. Sé que aún estoy atrasada en mi práctica y que no podré hacer muchas de las actividades que ahí se señalan, pero tengo la inspiración que da la cercanía del maestro y eso me da mucha confianza.

Diana Luz Sánchez, abril de 2018

 

Fotos del sitio de palpung.org