A finales de agosto nos reunimos 21 personas en el centro Samye Dzong Palencia para vivir un  retiro dedicado al Lam Rim, el camino gradual hacia la iluminación.

El centro es una pequeña joya escondida en Fuentes de Valdepero, un pueblecito de noches estrelladas impresionantes, y días soleados apabullantes. La zona central del edificio es un patio presidido por una parra de 40 años, una higuera hermosa y multitud de macetas y arbustos que nos protegieron del calor y suavizaron nuestras turbulencias emocionales.

El retiro fue conducido por Tenzin Nangpel y Tenzin Dapel, dos monjas de la Comunidad Dharmadatta.

La mayoría nunca habíamos estado en un retiro, al menos en uno tan largo y con muchas horas de silencio. Éramos muchos los que apenas conocíamos el Dharma de Buda. La expectación y quizá un pelín de aprensión se palpaba en el ambiente. 
Además el grupo era sumamente variado. Había una muestra de las regiones españolas, una peruana alemana y otra coreana,  un vienés que apenas entendía español. Un filósofo semi-escéptico, una exploradora del zen, una ex-mormona… Profes, parad@s, ingenier@s, artistas… ¡Una mezcla casi explosiva para un experimento rompedor!
Las enseñanzas en diferido de la Venerable Damchö calaron mentes y corazones indistintamente, imposible salir de su charla sin alguna conmoción o aprendizaje deslumbrante.
Las meditaciones de Tenzin Nangpel agitaban nuestras neuronas y emociones despiadadamente, después ella y Dapel nos serenaban en los intercambios grupales y entrevistas personales, pero la revolución ya estaba en marcha.
Tenzin Dapel dirigía las plegarias y las prácticas de Chenrezig. Cerraban su jornada con Chö, sesión a la que los demás podíamos asistir en actitud entre meditativa y asombrada.
El silencio permitía fermentar individualmente tanta vivencia, ebullición mental, descubrimiento íntimo…
El agradecido karma-yoga, trabajo comunitario que, en mi caso al menos y junto con los paseos, permitía una actividad física imprescindible.

Y cocina e intendencia mimándonos en medio de tanta tormenta, esfuerzo y sobresalto.

Creo que hemos disfrutado a muchos niveles de un primer paso en el Lam Rim que ha sido una auténtica zancada  😀
Mi agradecimiento eterno a todas las causas y causantes.

Wilma