Llegamos al tercer retiro de facilitadores del Instituto Budadharma con la alegría del reencuentro, con las expectativas de los nuevos planes y con el anhelo y el entusiasmo de los nuevos compañeros que se unen a este proyecto tan vasto de expandir el Dharma en el mundo hispanoparlante.

Se juntaron la experiencia de los que ya tienen un tiempo colaborando con el Instituto y el entusiasmo fresco de los nuevos compañeros. Repasamos la visión y el propósito del Instituto Budadharma, cómo funciona, hasta dónde se ha extendido en términos geográficos, cuántas personas se benefician de sus servicios y cuál es el rol de los facilitadores. Esto nos dio la pauta para trabajar con los planes para el futuro, analizando cómo mejorar las actividades del Instituto, no solo para los estudiantes sino también para los facilitadores que son una parte medular de este proyecto.

Un punto central en el retiro fue contemplar la perspectiva de ver el servicio que se ofrece como facilitador, como una práctica de Dharma, y de tener siempre presente una motivación clara y pura. Tener esta perspectiva afianzó el compromiso de dar lo mejor de nosotros, y nos ayudó a reconocer, con enorme gratitud, la oportunidad de poner en práctica las enseñanzas de una forma en la que realmente beneficiemos tanto a otros como a nosotros mismos.

Esta experiencia fue como el encuentro de una gran familia, donde cada uno compartió con el corazón abierto, tanto los que asistimos presencialmente como los que nos acompañaron vía internet. No faltaron los momentos emotivos donde la caja de pañuelos desechables se paseaba por todo el salón, ni los momentos de risas desbordantes con algún comentario gracioso e ingenioso. De este modo se desarrolló un ambiente de confianza, donde sentimos que podíamos ser auténticos y compartir nuestras ideas, sentimientos y emociones.

Y así…los facilitadores veteranos salieron con un espíritu renovado, los nuevos, con un ímpetu desbordante de empezar ya a saborear la alegría de servir a otros. Todos con tareas nuevas, no solo para mantener este proyecto, sino para expandirlo, integrar nuevas herramientas, implementar nuevas ideas… Encendimos los motores, nuestro tren está iniciando la marcha de una nueva etapa con los vagones llenos de Dharma, con la motivación de acercar y hacer el Dharma disponible a más y más personas en cada estación.