Desde antes de que salga el sol, los retirantes nos mantenemos practicando a lo largo del día, tanto en sesiones formales dentro de la sala de meditación como en los tiempos fuera de la sala de meditación en este espacio propicio para ello.

El retiro se lleva a cabo en una antigua ex hacienda en el estado de Oaxaca en la que los árboles, las plantas, una diversidad de pájaros y mariposas, y los muros de piedra y de adobe ofrecen una atmósfera agradable y tranquila.

El silencio en este lugar alterna con los cantos de los pájaros y otros animales que se aproximan atraídos por el olor de las flores o para tomar el agua fresca que mana de la fuente en el patio central. Disfrutamos también al contemplar la vegetación característica de la región, con sus cactáceas, magueyes y árboles frutales.

Durante la hora dedicada a movimiento físico, algunos hacen caminata por el jardín, otros prefieren nadar en la alberca para darle movimiento al cuerpo y refrescar la energía, y otros más descansan sobre el césped mientras contemplan el cielo y respiran al aire libre después de una intensa práctica.