Después de sobrevivir a temperaturas de más de 45 grados centígrados en Bodhgaya y en Delhi, disfrutamos ahora el aire fresco y limpio del valle alto de Kangra, al pie de las montañas todavía nevadas de Himachal Pradesh, en el norte de la India.

En Keñara, un pueblo a quince minutos del monasterio en el que reside el 17º Karmapa, Lodrö y yo reorganizamos el pequeño almacén en el que se encuentra aún la biblioteca y objetos de práctica de la comunidad Dharmadatta, guardados en cajas de metal.

Poco después de que llegamos, recibimos a tres monjas del monasterio de Tilokpur, bajo la guía de Su Santidad el Karmapa, que vinieron a recibir como donación los muebles y utensilios de casa de la comunidad Dharmadatta. Llegó además su maestro, que es el Chopen (maestro de rituales) del 17º Karmapa, con un jeep y un camión de carga. Él realizó, con la ayuda de tsunma Yangchen y las otras monjas, la pesada maniobra de bajar y acomodar en el transporte todas las cosas: camas, libreros, sillas, mesas, libros, ropa de casa y objetos de cocina y de oficina.

Este maestro, Chopen-la, es un monje muy cálido a quien Su Santidad el Karmapa le encargó asegurar que las monjas de Tilokpur tengan las condiciones de vida necesarias. Damchö fue su maestra de inglés hace algunos años, cuando le pidieron que les diera clases a los monjes que sirven a Su Santidad el Karmapa. Chopen-la estuvo también con nosotras en Alemania durante la gira del Karmapa, y en el verano del 2015 estuvo viajando junto con Damcho en Estados Unidos durante la gira de Su Santidad el Karmapa.

En esta ocasión, durante la tarea de cargar los muebles y demás cosas, las monjas y Chopen-la agradecieron una y otra vez la donación de Dharmadatta a Tilokpur, y dijeron que es muy útil ahora porque recientemente se incorporaron a su monasterio muchas jóvenes de la región Himalaya y del norte de la India.

En un momento Chopen-la preguntó: ¿de verdad se van a ir? Le contesté: pasaremos unos meses en México y otros en India cada año. Y él dijo, “bueeeno, si no voy a llorar”. Yo le dije: pero usted se está riendo, no parece que realmente va a llorar si nos vamos. Y riendo todavía más pero mirándome directamente dijo, “de verdad, voy a llorar”.

Para Dharmadatta fue importante hacer la donación del menaje a las monjas, pues esa fue la intención con la que nos fue ofrecido por los que nos sostienen con su generosidad y su esfuerzo.

Al final, sentí algo extraño al ver que se iban alejando Chopen-la y las monjas con un camión, un jeep y un coche cargados de muebles y utensilios que ahora servirán a las monjas aquí en India; fue como si un vínculo anterior de Dharmadatta con Dharamsala hubiera concluido, y estuviera naciendo un nuevo vínculo con Tilokpur, la comunidad más antigua de monjas kagyu, situada cerca de la cueva donde Tilopa obtuvo logros espirituales que nos heredó a través de las instrucciones prácticas de Mahamudra.