Escena 1:
Imagina: Estas en Delhi, ciudad inmensa que con su generosidad te ha permitido encuentros con maestros extraordinarios: SS Karmapa, Tai Situ Rinpoche, Mingyur Rinpoche, y las reliquias de Buda mismo (parte de sus huesos).
Ciudad inmensa donde también la temperatura quema con 43 grados, hay ruidos de claxon por todas partes, y sitios lujosísimos mezclados con tiraderos de basura y quemas contaminantes.

Escena 2:
Sales de Delhi en un bus-camión con lo que podría llamarse “Dalai Lama TV” (esto es, un cuadro del Dalai Lama donde usualmente va la tele). Pasas allí 13 acaloradas horas viajando hasta Dharamsala, luego tres horas más hasta Baijnath, luego tomas un taxi …

Escena 3:
Al fondo, los nevados Himalayas. Alrededor, verde bosque adornado aquí y allá con banderas de oraciones. Un inmenso monasterio aparece ante tus ojos, donde jóvenes monjes están haciendo su práctica. Cuando tocan tambores y campanas, el suelo de madera y tu pecho se estremecen. En el altar, Buda Maitreya, amor perfecto irradiando en todas direcciones. Te sientas junto a los monjes, y haces tu práctica meditativa. Esa ha sido tu bienvenida a Palpung Sherabling, la casa de Tai Situ Rinpoche en India.

Escena 4:
Imagina: Son las 6 de la mañana. Tonos rojizos iluminan nubes e Himalayas. El único sonido es el canto de las aves… y surge ahora inesperado el canto de la concha marina, tocada desde el monasterio, dando la bienvenida al día, invitando a todos a practicar el Dharma.

Escena 5:
108 blancas estupas se alzan inmaculadas a pocos metros de tu habitación. Las circumbalas en silencio. El texto informativo te explica que cada una representa la mente iluminada, que estar junto a la estupa es equivalente a estar frente al Buda vivo. Buda y estupa son de la misma esencia última. Estás junto a 108 Budas.

Escena 6:
A unos 300 metros del monasterio está la Shedra, la Universidad de altos estudios budistas. Monjes concentrados en sus textos se ven en los rincones. En la oficina te explican que el programa solo se ofrece en idioma tibetano. Piensas con tristeza cuanto nos perdemos al no tener el idioma. Ni siquiera está en inglés, mucho menos en español!

Vas caminando cuando surge un pensamiento: “El Instituto Budadharma es nuestra Shedra, es la escuela budista para Hispanoparlantes”. Vas entonces a la gompa, regocijando en que contemos con nuestra Shedra, agradeciendo a tantos seres que la hacen posible, aspirando que puedan hacerse realidad tantos proyectos benéficos que tiene. No hacen falta tristezas, tenemos nuestra Shedra.

Escena 7:
Todo lo compuesto es impermanente.
Imagina: Sales de Sherabling una fresca mañana. Tres buses (y algunas extraordinarias aventuras más, aquí no contadas) para volver a Delhi. Tres aviones tomas para llegar a tu ciudad. Tres buses más para retorno a casa.

Ahora, en tu habitación, piensas en cuantos proyectos maravillosos tiene el Instituto, nuestra Shedra hispanoparlante. Te preguntas como podrías ayudar a hacerlos realidad. Piensas que quizás muchas personas, como tu, están dispuestas a apoyar. Imaginas como poniendo cada uno granos de arena y ladrillos virtuales, podemos construir juntos más aulas sin fronteras, podemos ayudar a compartir el Dharma más allá de los límites del tiempo o del espacio.

Una sonrisa surge. Regocijas.
…imagina…

nelson kunsel calderón – 26 abril 2017